Claves para ganar espontaneidad
DEFINE EL PROBLEMA. ¿Eres de los que buscan la perfección en todo lo que hacen? ¿Revisas una y otra vez el trabajo antes de entregarlo o darlo por terminado? ¿No te permites la mínima equivocación? ¿Necesitas saber que están haciendo los demás, todo el tiempo? Te resulta difícil aceptar un cambio de última hora? Responder estas preguntas te ayudará a reconocer, en ti, la necesidad de control.
RFLEXIONA SOBRE TU NECESIDAD DE CONTROL. ¿Necesitas controlar las cosas para que funcionen realmente? ¿O más bien lo que necesitas es sentirte seguro? Decide aprender a relajarte y colocar tu atención en el presente, evita tratar de suponer o prevenir lo que pueda pasar más adelante y enfócate en hacer lo que te corresponde, permitiendo que cada quien se haga responsable de lo suyo. No somos indispensables, piensa: «¿Si no estuviera, qué ocurriría?». El mundo seguiría adelante.
RECONOCE TUS LÍMITES. Es imposible controlar todo a nuestro alrededor, ser perfectos e infalibles. Todos cometemos errores y son estos los que más nos enseñan. También es importante aceptar el hecho de que los demás tienen el mismo derecho que nosotros a tener su propio punto de vista, sus ideas y consideraciones; que pueden cometer errores y aprender de ellos sin que signifique el final de todo. Aceptar y soltar son actitudes clave para relajarnos y aligerar el peso emocional que cargamos.
USA TU CREATIVIDAD. Sabías que cuando te dedicas a realizar alguna actividad creativa, inmediatamente tu mente se desconecta de las ideas obsesivas y te relajas… Déjate llevar por ella y vuélvete más flexible, ábrete a descubrir lo que sucede después de un proceso creativo. Lo importante es el resultado final, la forma en la que cada uno ejecuta el proceso que nos lleve al resultado puede ser completamente diferente y personal.
ANíMATE A COMPARTIR. Deja de pensar en que eres el centro de tu universo familiar o social, y comparte las tareas, las actividades y las responsabilidades. Permite que el resto de los integrantes de tu familia, tu pareja, tus amigos o compañeros de trabajo participen en la toma de las decisiones que los involucren. Estimúlalos a ser más participativos y evita juzgar su manera de hacerlo.
ROMPE TUS PROPIAS REGLAS DE AUTOCONTROL. Date el permiso de hacer las cosas de una manera diferente. Cambia el horario en el que las haces, muévelas para otro momento y dale prioridad a las cosas que te suavizan o te relajan la vida si no son verdaderamente determinantes para tu bienestar o el balance de todas las áreas de tu vida.