Conducta y selección natural
Si una cultura extraterrestre hubiera llegado a nuestro planeta hace unos 540 millones de años, no hubiera necesitado llevar en su equipo científico un experto en análisis de conducta. Los seres vivos que habitaban La Tierra en dicho periodo geológico, como esponjas, medusas…, hasta donde conocemos, no muestran la capacidad de aprender por contingencias. Por lo tanto, poco hubiera podido aportar un científico de la conducta en el estudio de dichos seres. El periodo geológico en cuestión es el precámbrico que ocupa el 88% de la historia del planeta.
La capacidad de aprender mediante condicionamiento clásico y operante surge en la Historia de la Evolución de los seres vivos hace unos 520 millones de años. En organismos que evolucionaron de manera inusitadamente rápida durante la llamada explosión cámbrica. Seres que se relacionaban con el medio ambiente de forma completamente distinta y para los que el comportamiento aprendido fue la adaptación estrella. Organismos que interaccionaban con el medio, modificándolo o desplazándose, para seleccionar entornos más favorables, dejando de estar completamente a merced de las circunstancias medio ambientales.
La selección natural favoreció la emergencia y consolidación del fenómeno de la conducta aprendida. Cuanto mayor capacidad tiene un organismo de modificar sus acciones dependiendo de las consecuencias, mayor probabilidad tiene de supervivencia.
Por otro lado, los efectos del comportamiento aprendido sobre el medio físico-químico, modificaron la presión de éste sobre los organismos vivos. Por ejemplo, si el animal es capaz de alejarse de un medio con un pH poco favorable hacia otro con un pH más adecuado para su supervivencia, se hace menos vulnerables al pH del medio. La mutación genética dejó de ser el único modo de adaptación al medio para sobrevivir. El comportamiento moldeado por las contingencias genera acciones más adaptativas sin que los organismos dependamos exclusivamente de cambios en nuestro genoma.
El planteamiento históricamente mantenido por los genetistas es que laconducta aprendida es el resultado de la evolución genética. No obstante, el proceso se produce también en la otra dirección: los cambios biológicos pueden generarse consecuentemente a la aparición de nuevos comportamientos. Tal es el caso del aumento de la tolerancia a la lactosa en humanos adultos a medida que nuestros ancestros desarrollaran las prácticas ganaderas. De este modo, la conducta aprendida se convierte en guía de la evolución de los organismos complejos y, por consiguiente, la ciencia de la conducta queda situada en un lugar privilegiado en la ciencia de la evolución.
Según los biólogos, los procesos epigenéticos son la clave de la regulación biológica a largo plazo debida a los cambios ambientales y al aprendizaje. La epigenética es una ciencia relativamente joven pero con un desarrollo investigador enorme y de impacto creciente.La epigética considera al genoma como una enorme biblioteca en la que se van acumulando los éxitos evolutivos de las especies a lo largo de su historia filogenética. En dicha biblioteca hay información para sintetizar moléculas y proteínas que jamás emplearemos a lo largo de nuestra vida. Miles de millones de posibilidades de la que sólo emplearemos una ínfima parte. Sería imposible y disfuncional activarlas todas. Lo que realmente sucede es que leemos sólo aquella parte de la biblioteca, aquellos manuales que necesitamos dadas las condiciones de vida que tenemos y las que tuvieron nuestros ancestros inmediatos.