Cerrar el pasado

Cierra el pasado y avanza

Muchas personas viven ligadas a recuerdos del pasado, momentos dolorosos de sus vidas y eso les impide avanzar. Aferrarse a pensamientos pasados ​​impide enfocar la mirada hacia delante.

¿Pero se puede volver atrás?

Resulta más saludable vivir el presente que profundizar en el pasado, y focalizarse en los grandes aprendizajes que resultan de las experiencias vividas. El presente es el único momento que existe para actuar, para construir y para amar.

En muchas ocasiones se presenta una conexión entre el pasado y el perdón

Para precisar estas ideas expertos como el Dr. José Luis Lillo Espinosa, médico-psiquiatra, psicoanalista y miembro de la Sociedad Española de Psicoanálisis, sostiene que el perdón, en la medida que supone la superación del resentimiento, consolida el sentido de la dignidad y libera las ataduras con el pasado.

El perdón mejora el bienestar

Las investigaciones realizadas por la Universidad del Instituto de Michigan para la Investigación Social informaron que «Las personas que perdonan tienden a experimentar sentimientos reducidos de inquietud, nerviosismo y falta de esperanza».

Esto me lleva a reflexionar en que nuestro estado mental influye en el propio bienestar y sentirse en paz con nosotros mismos es parte de este proceso de comprensión y de perdón.

Hay diferentes puntos de vista, gustos, afectos o opiniones humanas que se presentan en el trabajo, en las instituciones, a las iglesias ya veces las discrepancias nos llevan a sentirnos ofendidos. Pero en todos los casos, y en la iglesia de manera más relevante, podemos superar las ofensas sabiendo que el progreso está sujeto sólo a las cualidades espirituales que expresamos cada uno, y reconociendo que el corazón y el centro de todo es el amor.

Jesús ponía en práctica lo que enseñaba y así extendió la ley del perdón a todos los hombres ante cualquier ofensa, demostró que el mal es vencido por el bien infinito, que se manifiesta en el perdón, y nos dejó la oración, como nuestra arma principal para superar el mal; una oración silenciosa y afirmativa que nos enseña a perdonar y amar a los que nos ofenden.

En el capítulo «Amad a vuestros enemigos» del libro Escritos misceláneos [Escritos Misceláneos], su autora Mary Baker Eddy, quien se enfrentó frecuentemente a críticas injustas, expresa: » ‘Ama a tus enemigos’ es idéntico a ‘No tienes enemigos ‘. en qué se relaciona esta conclusión con aquellos que te han odiado sin causa? Simplemente en que estos infortunados individuos son virtualmente tus mejores amigos. en primer y último caso, te están haciendo bien en medida muy superior al concepto que ahora puedas tener del bien «.

Perdonar no proviene de un sentir humano, sino que proviene de Dios y de comprender que nuestra verdadera naturaleza refleja pureza e inocencia. Este perdón, que no admite ni conoce agravios porque el amor no los conoce, es el primer paso para la curación en nuestra conciencia y en nuestro corazón.

Pude comprobar esto en una experiencia personal con una compañera de trabajo. Éramos muy unidas en cumplir nuestras obligaciones y también en disfrutar de los momentos laborales con mucha alegría. Hasta que se incorporó nuevo personal y las cosas cambiaron. De repente, noté cierto distanciamiento y agresividad hacia mí. Me sentía dolida y ofendida con sus actitudes, y la relación cada día se volvía más difícil. Me provocaba malestar e inquietud y comprobé que este estado de resentimiento me estaba afectando mentalmente.

Hasta que un día comprendí que la clave estaba en espiritualizar mi estado mental, es decir, abandonar los malos conceptos y observarla de una manera diferente, más elevada, reconociéndose a ella ya mí misma como ideas espirituales del Amor.

Este cambio en mi forma de pensar me permitió aquietar aquellos pensamientos negativos que pretendían invadir mi conciencia, la situación mejoró notablemente y volvimos a ser las mismas de siempre.

«El amor no pasará jamás». (1 Corintios 13). Esta cita bíblica amplía nuestra comprensión del verdadero amor, este amor espiritual que nos libera del egoísmo y del rencor, y nos absorbe por completo. Este Amor es identificado como una cualidad de la naturaleza de Dios, un Amor perfecto e infalible.

No es posible dirigir el que se convertirá en nuestra vida en el futuro, pero se puede avanzar valorando el día a día que se nos presenta, el aquí y ahora, ocupándonos en vez de preocupándonos, y aceptando cada día como el desarrollo de nuevas oportunidades y posibilidades.

¡Puedes cerrar ya tu pasado perdonando y avanzando hacia la plenitud del Amor divino!

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