Evitar la fustración

Evita que la frustración te domine

5 pasos para evitar que la frustración te domine

Todos los años sucede lo mismo, el tiempo y por lo tanto, los meses, pasan volando. Así que a estas alturas, nos encontramos en un punto del año que realmente nos preocupa y por eso nos preguntamos: ¿qué hemos conseguido hasta ahora? ¿Qué metas establecimos hace casi un año y prometimos llevar a cabo, y aún no hemos logrado alcanzar?

Es necesario frenar esta situación ya que un trabajador frustrado genera una fuerte ansiedad, apatía por su trabajo e incluso cierto nerviosismo. Estos efectos pueden desencadenar en enfermedades o dolencias físicas graves, disminuyendo la salud y repercutiendo también en la productividad y desempeño de la empresa.

Dani Goleman, la persona que creó el concepto de inteligencia emocional, dice cómo gestionar la frustración de la forma más adecuada. Este profesional dice que debes poner toda tu energía y fuerza de voluntad en aceptar la situación en la que estás a día de hoy y en mantener esa posición de forma estable. Así, las emociones como el enfado, la angustia… no desencadenarán en algo mayor. La capacidad para poder gestionarse de forma eficaz ante este tipo de momentos, es lo más importante.

Según los profesionales, la etapa mejor para aprender a gestionar de forma eficaz la frustración es durante la infancia. Si bien, ahora esto no es posible, pero existen algunas recomendaciones que podemos poner en práctica los adultos y que te permitirán estar a gusto con la situación que vives. Por esto mismo, conoce 5 acciones que pueden ser de gran utilidad:

1. Reconoce el sentimiento de frustración
Es importante que sepamos reconocer en qué momentos estamos frustrados y qué es lo que propicia esta situación. En algunas ocasiones la frustración aparece en el hogar, con los amigos o con la familia y la trasladamos al trabajo, cuando este no es el verdadero culpable.

2. Controla tus impulsos emocionales
Cuando tengas la necesidad de seguir un impulso emocional piénsalo con calma, más de dos veces. Pregúntate si de verdad vale la pena dejar que te influya de esa forma. Valora tanto las ventajas como los inconvenientes antes de reaccionar y también la repercusión que tiene todo esto en tu salud. Intenta tomar una decisión con la cabeza fría, sin que te influencien las emociones.

3. Acepta y conoce tus fortalezas, pero también tus debilidades y limitaciones
Antes de comenzar debes hacer un ejercicio de autoanálisis para saber cuáles son tus cualidades y destrezas, pero también tus limitaciones. Averigua qué es lo que más te caracteriza como personal tanto en el aspecto personal como en el profesional y aprende a sacarle el máximo provecho con el fin de conseguir tus objetivos.

4. Medita y sácalo
En algunas ocasiones las cuestiones por las que se desencadena la frustración dependen de nuestras propias percepciones, las cuales pueden ser totalmente erróneas. Es muy importante que pares a reflexionar acerca de la situación que vives y que también la hables con otra persona, con el fin de que te dé su opinión.

Si tus sentimientos se deben a un mal entendido laboral o una discusión, nunca lo tomes como algo personal, externalízalo.

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